domingo, 24 de agosto de 2008

A MARIA EMILIA CORNEJO


-¿Qué te gustaba de esa mujer? -preguntó Ratchus-
- Creo que todo aunque nunca la conocí. Tuvimos una desconexión en el espacio tiempo significativa. Cuando yo nací ella ya no caminaba por la ciudad, solo existía con sus palabras. Mas importante es que la encontré cuando necesitaba leerla. ¿No crees en esas conexiones de momentos emocionales entre lo que lees y tú?
-¿O tal vez es solo una coincidencia a secas? Total, las coincidencias y casualidades solo existen porque son lo que son. En mi caso no ocurrió así. Ella no me marcó o tal vez no dejé que lo hiciera. Si sentía al leerla algo candente y doloroso, probablemente por la edad. Yo tenía entonces la edad en que ella se suicidó.
-Es curioso sentir la muerte de personas que nunca conocimos como derrotas propias y vacías, difíciles de llenar. Pero la muchacha mala de la historia está ahí presente. Cuando leí TÍMIDA Y AVERGONZADA, me conmovió tanto la víctima como el agresor. A veces he sido víctima y a veces agresor. Lo peor es creer que ese agresor puedo ser yo.
-¿En verdad crees eso?
-Si. Luego de ese texto, se entiende que haya escrito COMO TÚ LO ESTABLECISTE. Me gusta mucho como comienza: SOLA.


SOLO COMO MARIA EMILIA

Solo

Solo

Entiendo que las soluciones pasan por romper los problemas

Ahora

Cuando el problema es parte de tu cuerpo y alma
Comprendes que hacerlo podría herirte y de muerte
Y sabes
Que la disección podría costarte
Un órgano vital
Tal vez dos

Entonces comprendes
Que hacerlo con tus manos no va a ser posible

Se necesitara un cirujano muy impersonal que lo haga sin importarle tu dolor

Q no te conozca, q no le importe tus gritos
Y lo arranque sin compasión

Y que no le importe que al hacerlo
Puedas querer irte con esa parte

Y no tendrá otra salida
Que desechar el cuerpo completo
Tcho para el olvido de todos

Donde nadie se acuerde de él
Donde nadie sepa que amó.



Trazo

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