DISPOETICA: LA SERIE DEL CHANCHO CHANCHO

lunes, 24 de agosto de 2009

LA SERIE DEL CHANCHO CHANCHO

Un sol sofocante. Un edificio gris. Una habitación sin ventilación. Una reunión extensa. Diez personas parlanchinas. Una mesa llena de papeles. Una computadora recalentada. Una grabación eterna. Sudor, saliva y todas las canciones de Thalia.

El CHANCHO CHANCHO

El chancho chancho

patas de silla
Rompe y gime
Grita y humilla

El chancho chancho
Dulce entre retina
Oculta grasa
Aparenta esquina

El chancho chancho
Chancho va
Ven chancho chancho
Chancho papá

DamoS

1 comentario:

Mustango25 de agosto de 2009, 8:01
cancho, chancho, chancho

No merezco que me quieras chancho.
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DamoS camina sin querer caminar. Muchas veces intentó salir del país, trabajar fuera aunque generalmente no hace nada dentro. Su último intento lo llevó a prisión por unos días, cerca de la frontera. En ese lugar escribió muchas dispoesías que lastimosamente tuvo que usar en cuestiones higiénicas. Ahora se ha enfrascado en una dura batalla contra su desmemoria. Buscar recordar lo que escribió.
-Quién sabe –dice DamoS– mis dispoesías tomaron otros aires y se renueven en algo que no quise hacer y me guste más. En ese caso, que buena limpia.

Indescifrable. Algunas veces se muestra apático y mustio. Con la mirada chiquita y escondiéndose de sus demonios. Otras veces es irreverente y gritón a más no poder. Golpea tu mano como buscando cómplices que le acompañen en cada momento y lugar. Lo mejor es verlo sin que se de cuenta, cuando habla solo en la calle golpeando su cabeza con la mano, recriminándose a si mismo como madre primeriza. A veces solo quiere descansar y dormir sobre papeles. Su cubil está al lado de un cerro pedregoso y amarillo pero tibio. En esa cueva se encuentran sus dispoesías, adornando las paredes como alegres jeroglifos que de vez en cuando se anima a traducirlas.

Es un asesino a sueldo que estudia odontología en la Villarreal. Su constante lucha contra el furor interior que lo acosa le ha dejado la cabeza partida en dos mitades. Siempre está rodeado de sus amigos, tres poderosos magos de Oriente que le susurran en las orejas los terribles vicios a los que debe someterse para borrar de su mente una mujer pérfida. Considera a las piezas dentales como rejas de prisión que encierran a la Serpiente Rosa. “Sin ellas el lenguaje no tendría límites los absurdos límites lógicos de la razón”. Sin embargo aparte de querer cocinarse a fuego lento con trescientas esclavas nubias lo obsesiona la idea de que Dios no sabía lo que hacía al ponerle dientes a la locura.

Una reconocida figura de al farándula limeña ha encontrado un medio de revertir toda su imagen de calabaza y superficial. Lo admiran por su destreza en los deportes, por su espíritu fiestero y mujeriego, por su amasada fortuna y su ropa siempre tan bien puesta, por su nombre como una marca en si misma. Pero más allá de la aceptación del público en cualquier circunstancia, quiere q no solo bailen como él, vistan como él o hablen como él...
Quiere que piensen como él, que amen lo que él, que sientan como él. Porque en realidad… se siente muy solo.